Mató a su madre obligándola a tragarse la dentadura postiza

Un acusado de matar a su madre tras obligarla a tragarse una prótesis dental está siendo juzgado desde comienzos de esta semana en la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife (España) mediante un Tribunal de Jurado.

El Ministerio Fiscal ha solicitado una pena de 20 años de prisión para el presunto agresor, un alemán de 60 años. Según el escrito fiscal, el acusado, sin antecedentes penales, vecino del municipio de El Paso desde hace más de dos décadas, en la isla de La Palma, "obligó por la fuerza a su madre a tragarse la parte superior de la prótesis dental que utilizaba". Los hechos ocurrieron el 1 de agosto de 2006.

La mujer, una anciana de 80 años, sufría alzheimer y tenía muy escasa movilidad. La víctima, debido a que se tragó dicha prótesis que quedó impactada en su laringe, falleció por sofocación, obstrucción de los orificios respiratorios y oclusión de las vías respiratorias.

La Fiscalía considera que estos hechos son constitutivos de un delito de asesinato, según consta en el artículo 139.1 del Código Penal y es por ello que ha solicitado la pena de 20 años de prisión, inhabilitación absoluta y costas procesales.

Piden a la policía una indemnización por sus plantas de marihuana requisadas muertas

Cuando la policía estadounidense de Denver arrestó a James y a Lisa Masters requisándoles sus treinta y nueve plantas de marihuana, hicieron lo que siempre se hace en esos casos: colocar el material incautado en el cuarto de las pruebas. Claro está que, sin agua ni luz, las plantas murieron pronto.

Llegado el juicio, el matrimonio alegó en él que usaban la droga con fines medicinales, y un año después, el juez ordenó a la policía que devolviera la marihuana al matrimonio. Para entonces, todas las plantas estaban muertas. Algunas se habían convertido en líquido y había moho por todas partes.

Enfurecidos, los Masters pidieron al Departamento de Policía 200.000 dólares como indemnización por las plantas destruidas, a lo que ésta se negó, por lo que ahora la pareja está considerando ir a juicio para obligar a la ciudad del estado de Colorado a compensarlos por el daño infringido.

De los doce estados norteamericanos que han legalizado la marihuana con fines medicinales, Colorado destaca porque su ley especifica que la policía no debe "dañar o destruir" las plantas en tales casos.

Lisa Masters, de 33 años, padece fibromialgia y tendinitis, y su marido, de 31, sufre de náuseas crónicas y dolores en una rodilla y caderas.

Con 89 años viola a una joven discapacitada

Un hombre de 89 años de edad acusado de violar a una joven de 25 años con retraso mental ha aceptado una pena de dos años de cárcel en un juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Jaén (España). Las partes han llegado a un acuerdo por el que el anciano será condenado a dos años de prisión por un delito de abuso sexual, debiendo además indemnizar a la familia de la joven -con una edad mental de cinco años a causa de un retraso mental moderado-, con 6.000 euros. Asimismo, el acusado no podrá acercarse a la muchacha a menos de 500 metros en un periodo de cinco años. (La acusación particular y el Ministerio Fiscal reclamaban en su escrito de calificaciones una condena de seis años de prisión por un delito de agresión sexual y al pago de una indemnización de 6.000 euros.)

Los hechos tuvieron lugar en el mes de julio del año 2003, cuando el anciano estando en la plaza de Andalucía de Bailén (Jaén) propuso a la chica dar un paseo, tras el que acabaron en el patio de un taller ocupacional donde se consumó el delito de violación.

"La buena hija"

Semidesnuda, rodeada de basura y encerrada en una habitación. Así encontraba ayer la policía española a una mujer de 66 años en Granada. Los agentes acudieron a una de las calles del barrio de Zaidín alertados por las llamadas de varios vecinos, que se quejaban del ruido de los ladridos de los perros de uno de los inmuebles de la calle San Pío X.

Al llegar y entrar en el piso del que salían los sonidos se encontraron con una imagen dantesca: Una mujer mayor completamente abandonada, una casa sucia, diez perros... Los policías llamaron a una ambulancia para que atendieran a la mujer, víctima de un ataque de ansiedad y para que, según los agentes, "comprobaran el estado de salubridad de la vivienda, llena de excrementos y basura" por todas partes.

A su vez dieron parte a los Servicios Sociales de Granada, que investigan el posible caso de abandono, ya que la anciana vive con su hija y el compañero sentimental de ésta.

La hija comentaba a los agentes que cuando sale a la calle suele encerrar a su madre en una habitación para que no se escape o destroce la casa, ya que según afirma, tiene demencia.

Servicios Sociales dictaminará ahora qué medidas toma para que la situación no vuelva a repetirse.

Tres meses con el cadáver de su hijo en el maletero del auto

Una mujer del estado norteamericano de Montana ha sido acusada de homicidio deliberado tras admitir que había guardado durante más de tres meses el cadáver de su hijo de dos años, que al parecer era autista, en el maletero de su automóvil.

Todavía no se ha determinado la causa y el momento de la muerte del chico pero según documentos judiciales, la mujer asegura que la muerte de su hijo fue accidental y que guardó el cadáver en el maletero, envuelto en una bolsa de plástico, el 29 de mayo pasado.

Seis semanas después, el 21 de julio más concretamente, tras una infracción de tráfico, un policía trató de detenerla, pero la mujer, que iba acompañada de su otra hija de 11 años, intentó huir terminando la persecución al estrellarse contra otro vehículo. Su auto fue confiscado y transportado a un depósito, pero no fue registrado y la mujer, tras la detención inicial, fue puesta en libertad, hasta que finalmente este viernes fue descubierto el cadáver.

Se la traga una tubería pero su padre consigue rescatarla en el río

Una niña inglesa de tres años, se libraba ayer de una muerte segura gracias a la rápida actuación de su padre, que conseguía rescatarla con vida de un río al que llegó tras caer por una alcantarilla y recorrer 70 metros por el interior de una tubería.

La pequeña estaba jugando junto a sus padres, su hermana y su perro en un parque de la localidad inglesa de Chester-le-Street cuando cayó por el sumidero, oculto bajo un enorme charco de agua. El padre lanzó un palo para el perro y entonces oyó a su mujer gritar el nombre de la niña. Cuando miró ya no estaba, y fue entonces cuando se dio cuenta de que había un efecto de remolino. Metió el brazo en el agujero, pero no había nada. Entonces observó cómo al perro se lo tragaba el mismo agujero, dándose cuenta enseguida de que si la pequeña iba a salir expulsada por algún sitio sería por el río Wear, muy próximo, así que corrió hacia allí.

La alcantarilla era tan estrecha que los brazos, las piernas y la cara de la pequeña sufrieron cortes y heridas abundantes. Aplastada y ahogándose, la pequeña se golpeó contra una piedra en el túnel pero finalmente dio a parar al río. Allí, su padre contempló lo que parecía ser el abrigo de ella. "Supe que estaba dentro. Estaba flotando boca abajo en el agua", ha dicho. Saltó al río y cogió a su hija, que estaba "completamente quieta y no respiraba". Su esposa practicó los primeros auxilios a Leona, que tosió, lloró y escupió agua. Luego llegaron los bomberos, los servicios médicos y la policía.

La pequeña Leona Baxter se recupera ahora en el Hospital Universitario de North Durham y recuerda casi totalmente tan terrible experiencia. Su madre afirma que ella y su marido se sienten "los padres más afortunados del mundo". El perro, desafortunadamente, no sobrevivió.

¿A quién incineraron?

John Renehan, un ingeniero británico de 42 años, se ha topado viendo tranquilamente la televisión, en un programa de personas desaparecidas, con su padre "incinerado" hacía cinco años. Tras el shock y la sorpresa inicial, llamó a la cadena televisiva para informarse, y aunque en un primer momento le tomaron por loco, consiguió enterarse de que el anciano fue encontrado desorientado en la localidad de Oldham ocho años antes.

Todo se remonta a abril del año 2000, cuando John Delaney, un anciano de 71 años, se perdió cerca de Manchester (Reino Unido). Tres años más tarde, la policía encontraba un cuerpo en avanzado estado de descomposición, de una edad similar y con un físico parecido cerca de la vivienda familiar, motivo por el cual llegó la confusión entre los agentes que indicaron que el cadáver era del propio Delaney sin realizar pruebas de ADN ni enseñar el cadáver a los allegados. Por ello, la familia incineró el cuerpo y celebró un funeral en memoria del hombre.

Sin embargo, el hijo de Delanay reconoció a su padre en el programa de TV de Manchester 'Evening News'. Éste había perdido la memoria y no era capaz de hablar debido a un derrame cerebral sufrido durante su desaparición. Cuando fue encontrado por la policía, le llevaron a un centro geriátrico en el que ha pasado los últimos ocho años de su vida. Nadie vio los llamamientos de personas desaparecidas ni las fotografías de Delaney que entonces distribuyó la policía. También se da la circunstancia de que hasta principios de este año, cuando se produjo un cambio en la ley, los servicios sociales no podían realizar un llamamiento sin el consentimiento del interesado y, en este caso, él no estaba capacitado para darlo.

Un bebé "muere" dos veces

El bebé nació en el hospital de la localidad de Canela, en el estado de Río Grande do Sul, Brasil, la noche de este pasado martes, diagnosticándosele un paro cardiorrespiratorio para una hora después certificar su muerte.

Sin embargo, cuando los familiares estaban velando al recién nacido, éste comenzó a llorar, por lo que fue raudamente llevado al hospital, donde ya nada se pudo hacer por salvar al pequeño.

Ahora, a pesar de que en el centro médico se insiste en que el procedimiento para certificar la muerte del bebé cumplió las normas, las declaraciones de una trabajadora de la funeraria encargada de recoger el cuerpo del niño han desatado sospechas y la Policía Civil del estado ha abierto una investigación.

La mujer asegura que vio que el bebé suspiraba cuando todavía estaba en el hospital y se lo dijo a una enfermera, que le respondió que aquello era normal. Pero insatisfecha con esa explicación, la mujer dejó abierto el ataúd y no taponó la nariz del niño con algodón, como debía haber hecho, por las dudas.

El padre del fallecido afirma que el parto duró más de 12 horas porque no había médico de guardia en el hospital, lo que podría haber influido en la muerte del pequeño, que ya ha sido enterrado.