3.8.07

Un bebé al que daban por muerto rompe a llorar en plena morgue

Una niña prematura que había sido dada por muerta al nacer fue descubierta con vida en la morgue de un hospital público de las afueras de Buenos Aires, en Argentina, donde un empleado la oyó llorar y dio aviso a los médicos.
El caso era hecho público ayer jueves por el empleado y el padre de la bebé, un día después de que la familia de un hombre de 71 años también denunciara que fue dado por muerto erróneamente en un sanatorio privado de la periferia de Buenos Aires y hubiera asistido a su propio velatorio de no ser por un camillero que se dio cuenta de que respiraba.
La niña, con seis meses de gestación y apenas 650 gramos de peso, pasó el miércoles más de tres horas en el interior de una cámara frigorífica de la morgue del hospital de Monte Grande, a 35 kilómetros de la capital argentina, relata el empleado que la encontró. "Fue un regalo del cielo que el Señor me dio, un milagro", asegura el hombre.
Jorge, el padre de la bebé, ha dicho a su vez que su hija "ya tenía acta de defunción, pero después aparece con vida y ahora está en una incubadora intentando recuperarse". "Nadie nos dio una explicación, ni nos pidieron disculpas", declara, añadiendo que a raíz de lo ocurrido han decidido llamar a la niña Brisa Milagros. El director del hospital, Mario Polzella, asegura que "la criatura no tenía signos vitales, se le realizaron todas las maniobras de rutina y no la pudieron reanimar". "La intención del hospital es explicar las causas de lo que sucedió", indica Polzella antes de sostener que "es asombroso que (la pequeña) haya tenido fuerzas para llorar".
El empleado del centro médico que halló a la bebé explica que se había dirigido a la morgue a llevar un cadáver cuando escuchó "un quejido" similar al de "un gato" que provenía del interior de la cámara frigorífica del depósito. "Después escuché como un llanto y me encontré con que la nena estaba moviendo las manos. Instintivamente soplé y cuando se puso a llorar más fuerte salí corriendo a avisar a mis compañeras y a los médicos", agrega. Con la voz quebrada por la emoción y lágrimas en los ojos, el hombre dice que los profesionales del hospital le felicitaron por lo que hizo y aclara que "la cámara frigorífica estaba en reparaciones, por eso no enfriaba mucho".