31.5.07

Muere por no pagar la luz

Una mujer de 44 años, que dependía de un aparato de respiración asistida, fallecía horas después de que la compañía eléctrica cortara el servicio de la luz en su domicilio, en la ciudad neozelandesa de Auckland, por no pagar la factura correspondiente.
Folole Muliaga, maestra de escuela y madre de cuatro hijos, moría este martes, pese a advertir al técnico de la Mercury Energy que la desconexión acarrearía el apagón del aparato de oxígeno del que dependía para respirar. El portavoz de la familia, Brendan Sheehan, ha declarado que el técnico respondió que se estaba limitando a cumplir con su trabajo, y que abandonó el domicilio tras desconectar la electricidad. La mujer, que había dejado su trabajo a causa de una enfermedad, fue asistida por varios médicos que no pudieron hacer nada para salvar su vida. El director general de Mercury, James Moulder, ha declarado que la compañía restauró ayer la electricidad en la vivienda, y que hace todo lo posible para investigar lo sucedido. La policía investiga también el suceso y estudia presentar cargos criminales contra el técnico o contra la firma, que es subsidiaria de la estatal Mighty River Power. Por su parte, el vicepresidente del partido opositor Nueva Zelanda Primero, Peter Brown, ha instado a la policía a considerar una acusación de homicidio sin premeditación, o de asesinato contra los responsables, si se prueba que la víctima murió a causa del corte eléctrico y añade que nadie debe morir por no pagar la factura de la luz.
James Moulder, dice que la empresa está desolada por la muerte de la mujer y que está llevando a cabo su propia investigación. Muliaga llevaba sin trabajar desde febrero por una enfermedad y se estaba quedando atrasada con los pagos a Mercury. Seis días antes de que un empleado de Mercury Energy se presentara en el hogar de Muliaga el martes para cortarle la electricidad, el impago era de 122 dólares, ha dicho Brenden Sheehan mostrando la cuenta.
Sheehan insiste en que tanto Muliaga como su hijo le dijeron al técnico que su vida dependía de la electricidad que opera el alimentador de oxígeno. Lo invitaron a la casa para verlo. «Después cortó la electricidad», precisa Sheehan. Muliaga comenzó a tener problemas para respirar y se desmayó, dice. Moulder ha dado su «más profundo pésame» a la familia y agrega que la empresa está investigando si le advirtieron al técnico que Muliaga necesitaba la electricidad.

1 Comments:

At 11:10:00 p. m., Blogger Juan Pablo said...

Wow, pero no se les ocurrió mientras, pedir asilo en la casa de un vecino, u otra organizacion mientras le restablecían el servicio? ¿Tan lejos estaba de la civilización? Pobre mujer, que de cosas.

 

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