Coca-Coladicta

Un tribunal ha dado la razón a una mujer que solicitaba que se le financiase un tratamiento especial para desengancharse de la Coca Cola al considerar que su adicción a este refresco era un peligro para su salud.

La mujer, residente de Malmö, en el sur de Suecia, sufre un amplio abanico de dolencias provocadas por la ingesta continua de grandes cantidades de esta bebida, y ya tuvo que ser hospitalizada de urgencia recientemente por diabetes y alta presión sanguínea.

Asegura que siente la necesidad continua de consumir Coca Cola, una dependencia que según ella se ve agravada por ser sorda, lo que le impide hacer uso de los sistemas públicos de superación de adicciones. Durante años, ha luchado con las autoridades del país para tener acceso a un tratamiento personalizado que le ayudase a superar su adicción, pero los fallos judiciales siempre consideraron hasta ahora que no era necesario financiar un tratamiento especial, remitiéndola al sistema estándar de superación de adicciones.
Ahora, sin embargo, el Tribunal de Apelaciones ha considerado que su estilo de vida atenta contra su salud de forma grave, por lo que ha ordenado que la mujer pueda someterse a un tratamiento especial para sordos que no se ofrece en su localidad.

Con seis años toma prestado el coche de sus padres para no llegar tarde a clase

Todo comenzó poco antes de las siete de la mañana, cuando un niño estadounidense de seis años perdía el autobús y al ver que su padre se había ido ya a trabajar y que su madre estaba todavía durmiendo decidió tomar prestado el coche, un Ford Taurus, para ir al colegio.

Tras cruzar dos intersecciones, atravesar un puente y recorrer dieciséis kilómetros a más de la velocidad permitida para no llegar tarde a clase, algunos conductores llamaron a la policía asegurando que habían visto un niño conduciendo un coche a toda pastilla. Minutos después de los primeros avisos se estampaba contra un poste de electricidad aunque afortunadamente salió ileso del trance.

El suceso ocurrió este pasado lunes en una zona rural del municipio de Wicomico Church, en el estado de Virginia, y la policía ha explicado que al parecer el pequeño había aprendido a conducir jugando a videojuegos de coches.

Ahora, los padres del joven han sido arrestados y serán juzgados por un delito de abandono de un menor. (Según parece, un tribunal ya había ordenado al padre que no dejara a sus hijos solos con su madre pero los motivos aún no se han difundido.)

Con 12 años mató a su madre de ocho disparos tras una discusión doméstica

Un tribunal de menores de Arizona (Estados Unidos) ha considerado a un niño de 12 años como culpable de asesinar a su madre tras una discusión sobre sus tareas domésticas. El juez considera probado que el chico actuó intencionadamente cuando hace un año disparó ocho veces a su madre, Sara Madrid, y por ello le ha encontrado culpable de asesinato premeditado, por lo que recibirá sentencia este próximo 23 de enero.

Según la versión de la Fiscalía, tras discutir con su madre por las tareas domésticas el chico sacó una pistola del armario de su habitación y disparó contra la víctima repetidamente. El compañero sentimental de la madre, Alfonso Muñoz, se encontraba presente durante los hechos, y según ha testificado en el juicio el joven le entregó el arma vacía tras realizar los disparos. Muñoz, que vivía en la casa y ayudó a criar al niño, ha dicho que le había enseñado a usar el arma para emergencias, para su propia defensa. El abogado del menor ha argumentado que el niño no tenía intención de matar a su madre, sino vengarse de ella por haberle maltratado.

De acuerdo con los informes policiales, el pequeño les dijo a los agentes que su madre le gritaba y golpeaba. Y aunque la Fiscalía solicitó que el joven fuera juzgado como un adulto, el juez responsable del caso consideró que debía seguir siendo juzgado en un tribunal de menores después de que un psicólogo y un psiquiatra declararan que había sufrido maltrato físico y verbal por parte de su madre, y que podía ser rehabilitado por el sistema de Justicia de menores.

Según la Ley de Arizona, el chico tendrá que quedar en libertad cuando cumpla 18 años.