11.2.07

Una madre encerró a sus tres hijas a oscuras durante siete años

Una madre psíquicamente enferma ha tenido presas a sus hijas a oscuras durante siete años cerca de Linz, Alta Austria, tratándolas como unos animales, según revelaba ayer sábado el diario austríaco Österreich.
El caso de la mujer, que no aguantaba estar divorciada de su marido, jurista como ella, se tratará próximamente ante los tribunales en la ciudad de Klagenfurt, informa el periódico, aunque ya hace un año que fue detenida y las hijas liberadas.
Se atrincheraba en su casa, vistosa desde fuera pero descuidada por dentro, con las niñas que entonces tenían 6, 10 y 13 años, cerraba las cortinas, sacaba todas las bombillas eléctricas para que no se pudiera encender la luz y prohibía ir al colegio a Viktoria, Katharina y Elisabeth.
Ante las autoridades ha indicadp que enseñaba ella misma a sus hijas en casa, pero en realidad las sometía a un lavado de cerebro, hasta que rechazaban a su padre, afirma el diario. Cuando el padre, desesperado, pidiendo en vano una intervención del juzgado, quería verlas, ella afirmaba que estaban enfermas o que las había llevado a casa de la abuela. Mientras tanto, las tres chicas se ahogaban en inmundicias y apenas veían la luz del día, no tenían más contactos sociales que con la madre enferma y jugaban con los ratones que abundaban en la casa y a los que daban apodos.
Las niñas desarrollaron "en su cárcel" un idioma propio, difícil de comprender para ajenos, según comunica al periódico la terapeuta que las trata ahora, Waltraud Kubelka, que atestigua a la mayor de ellas padecer de "invalidez psíquico-social" incurable.
A los vecinos les llamaba la atención que la madre quedaba a menudo sentada en su coche delante de la puerta de su casa y despachaba allí su correspondencia, pero nunca veían a las niñas. Pero la policía no intervino hasta que los vecinos, tras reiteradas denuncias presentadas, finalmente llevaron a la liberación de las jóvenes.
Ahora la enferma mental se halla en prisión preventiva, en una unidad especial, desde hace un año. Las autoridades comunicaron que supieron del caso hace un año, pero no permitieron que las informaciones llegaran a hacerse públicas para proteger a las muchachas y por motivos relacionados con las pesquisas judiciales.
La terapeuta ha declarado a Österreich que la mayor de las hijas se encuentra muy mal y que para las otras dos tendrán que pasar años hasta que puedan superar los daños psíquicos sufridos. En las primeras semanas que las muchachas pasaron bajo tutela de las autoridades, en un establecimiento terapéutico, se escondían en la cocina debajo de un banco, porque allí había menos luz, que no aguantaban, y también tenían la piel muy blanca, como suelen tenerla las personas que nunca salen al aire libre, relata Kubelka.