27.11.08

Ojos que no ven, corazón que no siente

Un tribunal de Teherán ha sentenciado a un hombre a recibir veinte gotas de ácido en los ojos tras haber sido encontrado culpable de cegar a una joven con líquido corrosivo por haberse negado a casarse con él. El tribunal ha decidido aplicar la ghesas o ley del talión (ojo por ojo, diente por diente) contemplada en el código penal iraní.
Los hechos acontecieron en el año 2004, cuando el acusado, que conocía a la víctima de la universidad y a la que había propuesto matrimonio, la asaltó y le arrojó ácido a la cara. Tras el incidente, la joven, fue tratada durante dos años en España. No obstante, acabó perdiendo la visión en ambos ojos. La chica había denunciado a la policía dos días antes del suceso que sufría el acoso del acusado. Durante el proceso, aseguraba que "sólo pido que el culpable corra la misma suerte que yo".
Por su parte, el culpable ha reconocido haber cometido el crimen por amor afirmando que "cuando le pedí la mano me dijo que iba a casarse con otra persona y yo pensé arrojarle el ácido en la cara para que su novio la dejara". Cuando el juez preguntó a la joven si quería que la aplicación de la ley del talión se llevara a cabo repitiendo las circunstancias del crimen, es decir, vertiendo al acusado líquido corrosivo en la cara, la víctima aseguró que la condena le parecía "salvaje" y solicitó que se le vertieran veinte gotas de ácido al joven "para que entienda cómo estoy sufriendo".